Con este proyecto O.R.G.I.A estudia el carácter heterocentrista que prevalece en las urbes occidentales. En la construcción del espacio público, como orden y paisaje, impera una gran sexualidad, con una fuerte presencia de una arquitectura fálica cuyo sumun metafórico son aquellas fuentes que emanan agua a chorros. Estas relaciones sexualizadas las observamos, por ejemplo, en la Torre Agbar (Barcelona, 2005) del arquitecto Jean Nouvel. Este rascacielos recuerda a 30 St. Mary Axe (Londres, 2004) del arquitecto británico Sir Norman Foster. Si a uno se le conoce coloquialmente por "El Supositorio", al otro se le llama The Gherkin (El Pepinillo). Lo curioso de esta analogía es que el arquitecto británico es el marido de la Dr. Elena Ochoa, sexóloga y psicóloga que en los 90 se populariza por participar en el programa de televisión Hablemos de Sexo. Con estas relaciones no es tan descabellado tomar torres por dildos, asegura O.R.G.I.A. El concepto de ciudad se desestabiliza en el momento en el que, con un cambio de escala, aparece un cuerpo femenino, como giganta invasora, que se folla la arquitectura. Edificios emblemáticos se convierten en elementos masturbatorios, en souvenirs-dildos-fetiches coleccionables.
Con esta idea crean un maletín, como set de viaje, que incluye consoladores-monumentos con los que explorar el placer. Hasta la fecha se han hecho tantos dildos como volúmenes-momentos-ciudades ha tenido el proyecto: Barcelona, La Habana, Benidorm. Aún quedan otros seis por realizar. Esta es una característica habitual en los procesos y proyectos de O.R.G.I.A, que trabaja continuamente con la potencialidad de ofrecer nuevos acercamientos sobre lo mismo con desplazamientos y otras connotaciones críticas. En este sentido, una de las claves de Follarse la ciudad queda sepultada bajo el asfalto. Desde una perspectiva eco queer, las artistas señalan la colonización del paisaje, la destrucción de las playas y la falta de sostenibilidad de nuestras metrópolis.
En torno a cada ciudad, elaboran collages en una Autoerótica gingantesca que irrumpe el orden social, sembrando la confusión y el caos. Nos fijamos en el tercer momento, en el cual la giganta aparece en Benidorm para follarse la "icóñica" edificación Intempo y producir un tsunami squeerting. Además, el colectivo se apropia de otros elementos propios del souvenir, con su lenguaje kitsch y estética pop. Confeccionan toallas en las que se retratan, en un ejercicio fotoperformático, como personajes bakalas de la ciudad, estableciendo otras narrativas: ¿por qué no había sitios de bolleras en Benidorm? ¿Por qué en un binarismo recalcitrante aún existe la segregación de sexos al acceso en las discotecas? También crean 18 dibujos realizados a rotulador que se convierten en un retrato plástico de la ciudad: discos, revistas, imágenes de prensa, postales, carteles y anuncios de los 60, 70 y 80. Hacen con ello referencia a la revolución tardofranquista de apertura al consumismo masivo, el turismo y la globalización. Incorporan, como colofón, un conjunto de postales consumibles.
En https://www.orgiaprojects.org/follarse-la-ciudad/ (consultado el 27 de febrero de 2024).
Con este proyecto O.R.G.I.A estudia el carácter heterocentrista que prevalece en las urbes occidentales. En la construcción del espacio público, como orden y paisaje, impera una gran sexualidad, con una fuerte presencia de una arquitectura fálica cuyo sumun metafórico son aquellas fuentes que emanan agua a chorros. Estas relaciones sexualizadas las observamos, por ejemplo, en la Torre Agbar (Barcelona, 2005) del arquitecto Jean Nouvel. Este rascacielos recuerda a 30 St. Mary Axe (Londres, 2004) del arquitecto británico Sir Norman Foster. Si a uno se le conoce coloquialmente por "El Supositorio", al otro se le llama The Gherkin (El Pepinillo). Lo curioso de esta analogía es que el arquitecto británico es el marido de la Dr. Elena Ochoa, sexóloga y psicóloga que en los 90 se populariza por participar en el programa de televisión Hablemos de Sexo. Con estas relaciones no es tan descabellado tomar torres por dildos, asegura O.R.G.I.A. El concepto de ciudad se desestabiliza en el momento en el que, con un cambio de escala, aparece un cuerpo femenino, como giganta invasora, que se folla la arquitectura. Edificios emblemáticos se convierten en elementos masturbatorios, en souvenirs-dildos-fetiches coleccionables.
Con esta idea crean un maletín, como set de viaje, que incluye consoladores-monumentos con los que explorar el placer. Hasta la fecha se han hecho tantos dildos como volúmenes-momentos-ciudades ha tenido el proyecto: Barcelona, La Habana, Benidorm. Aún quedan otros seis por realizar. Esta es una característica habitual en los procesos y proyectos de O.R.G.I.A, que trabaja continuamente con la potencialidad de ofrecer nuevos acercamientos sobre lo mismo con desplazamientos y otras connotaciones críticas. En este sentido, una de las claves de Follarse la ciudad queda sepultada bajo el asfalto. Desde una perspectiva eco queer, las artistas señalan la colonización del paisaje, la destrucción de las playas y la falta de sostenibilidad de nuestras metrópolis.
En torno a cada ciudad, elaboran collages en una Autoerótica gingantesca que irrumpe el orden social, sembrando la confusión y el caos. Nos fijamos en el tercer momento, en el cual la giganta aparece en Benidorm para follarse la "icóñica" edificación Intempo y producir un tsunami squeerting. Además, el colectivo se apropia de otros elementos propios del souvenir, con su lenguaje kitsch y estética pop. Confeccionan toallas en las que se retratan, en un ejercicio fotoperformático, como personajes bakalas de la ciudad, estableciendo otras narrativas: ¿por qué no había sitios de bolleras en Benidorm? ¿Por qué en un binarismo recalcitrante aún existe la segregación de sexos al acceso en las discotecas? También crean 18 dibujos realizados a rotulador que se convierten en un retrato plástico de la ciudad: discos, revistas, imágenes de prensa, postales, carteles y anuncios de los 60, 70 y 80. Hacen con ello referencia a la revolución tardofranquista de apertura al consumismo masivo, el turismo y la globalización. Incorporan, como colofón, un conjunto de postales consumibles.
En https://www.orgiaprojects.org/follarse-la-ciudad/ (consultado el 27 de febrero de 2024).





















