Como sujeto maricón, en 2019 decide dibujar aquello que le gusta: puros tiarrones. Estos macizos, que extrae en su mayoría de Instagram, trata que sean gays, o al menos que lo parezcan. Claro, aquí se manifiesta el modo en el que una excesiva hipersexualización masculina se acaba convirtiendo en carne para maricas, manifestando que la explotación, sexualización y consumo de los cuerpos es habitual que venga de la mano de los hombres. La imagen a dibujar con sinuosas líneas negras la seleccionaba basándose en diferentes motivos: no le interesa tanto el atractivo del modelo como que este pueda transmitir algo, ahí entran la pose, la composición o la propia calidad fotográfica. No le atrae el contenido explícito o pornográfico, al contrario, se fija en la seducción de lo sugerente, la visibilización del cuerpo masculino y la erotización de sus atributos. Es cierto que le gustaría trabajar con otros tipos de cuerpos, pero señala que encontrarlos en la red le resulta complicado, y no olvidemos que él toma prestadas las imágenes que consume de Instagram. Desde su consciencia marica, no sólo se centra en una cuestión estética, sino que trata de trabajar con una gran apertura que le permita visibilizar y normalizar una mirada homoerótica. En este sentido, todo lo que hace se transforma en un acto político; el no esconderse ya lo es.
Cuando publica por primera vez sus dibujos en Instagram, de pronto siente que ha encontrado un espacio propio. Su trabajo gusta, l+s usuari+s le muestran un apoyo que le incita a continuar. Un elemento que caracteriza los dibujos de Mena es que todos llevan su peculiar firma: un bocadillo que incluye el texto "Alo!". Este es un guiño al trabajo de Adam Hughes, quien firma como "AH!". "Alo!", descontextualizado, suena a saludo, y hay una pequeña fantasía personal que se materializa en el momento en el que todos estos hombres expresan su nombre dando la bienvenida a la mirada ajena.
Como sujeto maricón, en 2019 decide dibujar aquello que le gusta: puros tiarrones. Estos macizos, que extrae en su mayoría de Instagram, trata que sean gays, o al menos que lo parezcan. Claro, aquí se manifiesta el modo en el que una excesiva hipersexualización masculina se acaba convirtiendo en carne para maricas, manifestando que la explotación, sexualización y consumo de los cuerpos es habitual que venga de la mano de los hombres. La imagen a dibujar con sinuosas líneas negras la seleccionaba basándose en diferentes motivos: no le interesa tanto el atractivo del modelo como que este pueda transmitir algo, ahí entran la pose, la composición o la propia calidad fotográfica. No le atrae el contenido explícito o pornográfico, al contrario, se fija en la seducción de lo sugerente, la visibilización del cuerpo masculino y la erotización de sus atributos. Es cierto que le gustaría trabajar con otros tipos de cuerpos, pero señala que encontrarlos en la red le resulta complicado, y no olvidemos que él toma prestadas las imágenes que consume de Instagram. Desde su consciencia marica, no sólo se centra en una cuestión estética, sino que trata de trabajar con una gran apertura que le permita visibilizar y normalizar una mirada homoerótica. En este sentido, todo lo que hace se transforma en un acto político; el no esconderse ya lo es.
Cuando publica por primera vez sus dibujos en Instagram, de pronto siente que ha encontrado un espacio propio. Su trabajo gusta, l+s usuari+s le muestran un apoyo que le incita a continuar. Un elemento que caracteriza los dibujos de Mena es que todos llevan su peculiar firma: un bocadillo que incluye el texto "Alo!". Este es un guiño al trabajo de Adam Hughes, quien firma como "AH!". "Alo!", descontextualizado, suena a saludo, y hay una pequeña fantasía personal que se materializa en el momento en el que todos estos hombres expresan su nombre dando la bienvenida a la mirada ajena.
