Esta instalación es un memorial de la película Cruising (1980), de William Friedkin. El film se centra en la búsqueda de un policía, Steve Burns (Al Pacino), que se infiltra en el ambiente de los bares homosexuales del West Village neoyorquino para dar con un asesino que, durante el verano, está sembrando el pánico. Trozos de cuerpos de hombres gays aparecen cada poco en el río Hudson. Con tal de pasar desapercibido e integrarse en la comunidad, Burns aprende los códigos gays de las víctimas. De este modo, la película retrata la cultura leather y las prácticas SM, convirtiéndose casi en un seudodocumental. Para rodar las escenas nocturnas a las que Burns acude, Friedkin contrata a sujetos pertenecientes a estas tribus urbanas, personas reales que se toman la situación muy en serio y no desaprovechan la ocasión de mantener encuentros sexuales durante el rodaje. Por ello, 40 minutos de metraje con contenido sexual explícito son eliminados del montaje final. Este metraje se da hoy por perdido.
Interesado por esta historia, el director y también actor James Franco rueda Interior. Leather Bar (2013), un falso documental que trata de imaginar lo que sucedió en ese metraje perdido, no con el propósito de recrear las escenas, sino con el de entender el contexto, y así plasmar la censura, la falta de libertad creativa, la incomodidad de un actor heterosexual y la representación de la diversidad sexual en el cine de los 80.
Durante el rodaje y estreno de Cruising, cientos de activistas se manifiestan en contra. Consideran que su trama normaliza la violencia dirigida hacia las vidas LGTB, al igual que miran con sospecha el tratamiento que la industria puede ofrecer de sus realidades y experiencias, temiendo un juicio moralista heterosexual. En cines, el film tiene una acogida tibia, sin embargo, con el tiempo, se convierte en una película de culto, ahora muy admirada por las multitudes queer.
La instalación de Bartolomé Limón recupera toda esta historia para centrarse en las escenas en las que aparecen los extras. Sobre un tapiz de polipiel negro transfiere momentos leather: en bares, en cuartos oscuros y en el Central Park practicando cruising. Limón borda los fotogramas por separado y luego los une, a modo de patchwork, recreando la secuencialidad del film, en una especie de storyboard que mira más allá del protagonista para concentrarse en lo que prevalece en segundo plano. Con este gesto, no sólo nos señala quiénes son estos hombres que se divierten en la nocturnidad, sino que erige un memorial sobre lo que hicieron y cómo vivieron. Hemos de pensar que la película se rueda en las inmediaciones del VIH/sida. ¿Cuántos de ellos lograron sobrevivir a la pandemia? Según una pregunta que le hicieron al director, él cree que el 90% murió en los años siguientes.
En este sentido, su pieza se convierte en un homenaje, como el NAME Project AIDS Memorial Quilt, monumento efímero que tiene lugar, por primera vez, el fin de semana del 11 de octubre de 1987 en el National Mall de Washington DC. Los familiares de las víctimas fallecidas por causas derivadas del VIH/sida confeccionan y extienden 1920 colchas con los nombres de l+s fallecid+s. Esta acción se asume como una celebración de las vidas de aquell+s que ya no pueden estar. Crear una colcha a mano implica dedicarle tiempo a su memoria, rendirle respeto y consideración, a modo de ofrenda reparadora. Consciente de todas estas implicaciones, Bartolomé Limón, erige su tela en mitad de la sala, como un tributo in memoriam. Y la encadena al muro, en un guiño SM, sosteniendo su historia.
Esta instalación es un memorial de la película Cruising (1980), de William Friedkin. El film se centra en la búsqueda de un policía, Steve Burns (Al Pacino), que se infiltra en el ambiente de los bares homosexuales del West Village neoyorquino para dar con un asesino que, durante el verano, está sembrando el pánico. Trozos de cuerpos de hombres gays aparecen cada poco en el río Hudson. Con tal de pasar desapercibido e integrarse en la comunidad, Burns aprende los códigos gays de las víctimas. De este modo, la película retrata la cultura leather y las prácticas SM, convirtiéndose casi en un seudodocumental. Para rodar las escenas nocturnas a las que Burns acude, Friedkin contrata a sujetos pertenecientes a estas tribus urbanas, personas reales que se toman la situación muy en serio y no desaprovechan la ocasión de mantener encuentros sexuales durante el rodaje. Por ello, 40 minutos de metraje con contenido sexual explícito son eliminados del montaje final. Este metraje se da hoy por perdido.
Interesado por esta historia, el director y también actor James Franco rueda Interior. Leather Bar (2013), un falso documental que trata de imaginar lo que sucedió en ese metraje perdido, no con el propósito de recrear las escenas, sino con el de entender el contexto, y así plasmar la censura, la falta de libertad creativa, la incomodidad de un actor heterosexual y la representación de la diversidad sexual en el cine de los 80.
Durante el rodaje y estreno de Cruising, cientos de activistas se manifiestan en contra. Consideran que su trama normaliza la violencia dirigida hacia las vidas LGTB, al igual que miran con sospecha el tratamiento que la industria puede ofrecer de sus realidades y experiencias, temiendo un juicio moralista heterosexual. En cines, el film tiene una acogida tibia, sin embargo, con el tiempo, se convierte en una película de culto, ahora muy admirada por las multitudes queer.
La instalación de Bartolomé Limón recupera toda esta historia para centrarse en las escenas en las que aparecen los extras. Sobre un tapiz de polipiel negro transfiere momentos leather: en bares, en cuartos oscuros y en el Central Park practicando cruising. Limón borda los fotogramas por separado y luego los une, a modo de patchwork, recreando la secuencialidad del film, en una especie de storyboard que mira más allá del protagonista para concentrarse en lo que prevalece en segundo plano. Con este gesto, no sólo nos señala quiénes son estos hombres que se divierten en la nocturnidad, sino que erige un memorial sobre lo que hicieron y cómo vivieron. Hemos de pensar que la película se rueda en las inmediaciones del VIH/sida. ¿Cuántos de ellos lograron sobrevivir a la pandemia? Según una pregunta que le hicieron al director, él cree que el 90% murió en los años siguientes.
En este sentido, su pieza se convierte en un homenaje, como el NAME Project AIDS Memorial Quilt, monumento efímero que tiene lugar, por primera vez, el fin de semana del 11 de octubre de 1987 en el National Mall de Washington DC. Los familiares de las víctimas fallecidas por causas derivadas del VIH/sida confeccionan y extienden 1920 colchas con los nombres de l+s fallecid+s. Esta acción se asume como una celebración de las vidas de aquell+s que ya no pueden estar. Crear una colcha a mano implica dedicarle tiempo a su memoria, rendirle respeto y consideración, a modo de ofrenda reparadora. Consciente de todas estas implicaciones, Bartolomé Limón, erige su tela en mitad de la sala, como un tributo in memoriam. Y la encadena al muro, en un guiño SM, sosteniendo su historia.






