
JULUJAMA es el nombre artístico de Juan Luis Javier Marí, un pintor que a finales de los 70 aborda, en un momento de apertura vital, social y política, una auto-representación que derroca la masculinidad hegemónica a través de estrategias que se vinculan con la ligereza, la sátira, la travesura y el capricho. Su rebeldía innata le conduce a una lucha en contra de los cánones de género. Ante la amenaza constante del rechazo, su respuesta es la provocación. Durante su adolescencia ya muestra destrezas pictóricas. Con 14 años pinta el cuadro Arde París, en el que refleja su fuerte carácter, sus ganas rupturistas y su necesidad de liberar las imágenes que le asolan. En 1968 entra en la Escuela de Bellas Artes de València, lugar en el que se forma. Ahí encuentra un ambiente propicio para ser y expresarse, firmando sus piezas como JULUJAMA. Su primera exposición data de 1972. En 1977 se traslada a Suiza con una pareja, donde sigue pintando y consigue cierto éxito. En este nuevo escenario, renuncia al acrónimo JULUJAMA y empieza a firmar como Juan-Luis Xavier. Es aquí, lejos del seno familiar, donde sus temas eclosionan de forma desacomplejada. Su obra podemos leerla como un gran autorretrato en el que se explora a sí mismo, desde la fisicidad de su piel y los rasgos de su cara, pasando por los elementos claves para comprender su identidad. Es habitual que sus escenas adopten tintes fantasiosos, oníricos o simbolistas, aunque siempre queda algún eco que nos recuerda que quizás observamos el modo en el que la cotidianeidad se ve asaltada por la ensoñación de una mente que aspira a vivir otras vidas. El desnudo, la autoexploración, el deseo y el género son temas constantes en su imaginario. Introduce elementos históricamente asociados a la esfera de lo femenino, con tal de arreglar su apariencia: lazos, trenzas, telas, revistas. Los incorpora y los encarna sin pudor ni vergüenza en lo que podríamos definir como un gesto de empoderamiento, una auto-representación sin tapujos de una disidencia sexogenérica donde su cuerpo masculino se acicala, apropiándose de la representación femenina tradicional y el tema de la toilette. Un acto valiente y osado que rompe con una idea de virilidad, estableciendo nuevos marcos alternativos a la cisheterosexualidad. Su pintura podría ser leída, como ocurrió en su época, como un ejercicio narcisista, lo cierto es que se intuye una búsqueda incansable por hallar una respuesta y una explicación de sí mismo. En ocasiones, sitúa a l+ espectador+ en el lugar de sus ojos, su carne, su piel, esforzando una perspectiva en la que aspira trasladar su punto de vista. Y aquí no hay lugar, ni tampoco motivo, para esconder el falo.
En 1981, tras participar en una exposición en el Museo de Bellas Artes de Lausanne (Suiza), da cierre a su relación sentimental, vuelve a València, y por circunstancias personales abandona la pintura.
En https://josedelamano.com/artistas/julujama-juan-luis-javier-mari/ (consultado el 15 de abril de 2024)
Cortesía de la Galería José de la Mano.













