0001

Category: Olga Diego

Alicante

 1969

En València de 1992 a 1997

Olga Diego es una artista multidisciplinar que sorprende por sus propuestas, muy vinculadas a la carnalidad de otros cuerpos, a la dislocación del género, a lo híbrido, lo extraño, lo desviado, lo monstruoso y a la experimentación de situaciones límite con elementos como el fuego, el aire o la tierra, en un juego mágico en el que encara el riesgo: riesgo a la quemadura, riesgo a la caída, riesgo a la asfixia. Sus obras se presentan de forma descarnada y grotesca, bajo un halo de fragilidad, melancolía y dulzura. La artista recuerda cómo, desde muy pequeña, ya dibujaba hombres que tienen menstruación, sin darle una explicación concreta, simplemente la de dar salida a aquello que se le ocurría. Y de algún modo, esto ha sido siempre el arte para ella, un recurso expresivo.

En Alicante estudia Artes y Oficios. Posteriormente se muda a València, donde establece contacto con un grupo de artistas entre los que se encuentra Pistolo Eliza y se vincula a la asociación El Purgatori, donde arranca un trabajo muy radical que trata de desmontar el binomio femenino/masculino. No se identifica con la noción de una identidad única o esencial, sino con la noción de devenir. Esto le facilita el poder asumirse a sí misma libre de categorías, comprendiendo que lo que el heteropartriarcado ha dictado no refleja ni representa todas las experiencias. En este sentido, desde una óptica reivindicativa, con una fuerte carga política, comprende que el ser es un proceso íntimo, continuo y cotidiano que genera un autoconocimiento en perpetua transformación. Cuando nos enfrentamos a la sociedad, escogemos una apariencia, una máscara, con unos fines determinados. En su mayoría, las subjetividades buscan aceptación, Diego persigue cierta resistencia y confrontación ante estas tendencias.

En València, Diego adopta el apellido materno, Freixes, y firma toda su obra con él. En esta etapa tiene una alta actividad y participa en muchas exposiciones, lo que le conduce a estudiar Bellas Artes en la Universitat Politècnica de València. Los últimos años de carrera los concluye en la Universidad Miguel Hernández, en Altea. Cuando deja València, recupera su apellido paterno, Diego, porque le permite habitar una ambivalencia frente a la dualidad de género impuesta.

Los trabajos de Olga Diego son atrevidos, valientes y arriesgados. Vuelve a ellos una y otra vez, en una constante transformación y evolución que hace del proceso y del resultado la obra en sí. Esta dinámica de trabajo se debe a tres cuestiones: la primera y más importante, investigar y aprender para llegar a lo que se quiere hacer, como un proceso infinito; la segunda, no conservar lo que ya no considera relevante; y la tercera, ajustarse a las posibilidades económicas de cada momento. De forma constante Diego reta todo tipo de estereotipos, ya sea porque se pone una peluca de estopa y la prende, o porque trata de alcanzar aquello para lo que, como seres humanos, no estamos diseñados, como, por ejemplo, volar.


Archivo Queer de Artistas Visuales. València, 1975-2024.
joaquín artime