
Resulta complejo definir la figura de Rampova: dibujante, pintora, historietista, confeccionadora de ropa y accesorios, hace collages, y actúa en una especie de performance cabaretera con un carácter crítico, rebelde y ácido. La escritura es de suma importancia en su obra, textos y canciones, le sirve como medio para exponer sus preocupaciones y difundir sus denuncias con vigor reivindicativo. Siente una gran libertad sexogenérica como para poder jugar con ella sin complejos. Se considera transfeminista. Se vale de lo kitsch y lo camp como un posicionamiento político que huye de lo popular, lo snob y la homogeneización del capitalismo más voraz. Con gran cultura e ingeniosidad señala las fallas de la sociedad heteronormativa que le toca vivir. Impura, libertaria, política y fluida, su estética colorista y abigarrada se aproxima al horror vacui. Aspecto que vemos en su obra sobre papel, collages y fotolitos. Así como la mitomanía que siente por artistas del Hollywood dorado de los años 30-50 (Dietrich, Garbo, Swanson, Crawford), o estrellas españolas como Marisol. También le interesa el Glam Rock de David Bowie o Lou Reed.
Alberto Mira la describe como una de las mejores ilustraciones de la contracultura valenciana. Componente del grupo de cabaret Ploma 2 (1980-19998), realiza programas de radio como La Pinteta Rebel y Poster-Gai en Radio Klara, una radio pirata que nace en Valencia en 1982. Forma parte del primer grupo de música cuyos componentes son todos gays, Gore Gore Gays, fundado en el 2000. Aparece en los documentales Socialmente Peligrosos (1998), Sentenciados sin Juicio (2002) y 40 años y un día (2006).
Rampova es un buen ejemplo de activismo y creatividad. Su vida, que atraviesa el franquismo, la transición y la consolidación de la democracia, nos sirve para hablar de duras realidades sociales. Al nacer, sus padres le ponen el nombre de Francisco Oliver. Con tan solo 14 años es descubierta en el puerto, en una postura comprometida, con un joven que le duplica la edad. Dada la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, se le aplica aquella parte que enuncia: "los menores de 21 años abandonados por la familia o rebeldes a ella que se hallaren moralmente pervertidos". Sin juicio ni derecho a abogad+, el juez ofrece cárcel o ingreso en un centro psiquiátrico, con tal de "rehabilitarlo" con terapias aversivas y electrochoques. Sus padres escogen la prisión. Durante un mes es encarcelada en la Modelo de València, en el Pabellón de Invertidos, coordinado por psiquiatras, al que los reclusos llaman la “casa de putas”. Allí recibe palizas y violaciones diarias. Por su talento artístico, dibuja figurines y cose ropa destinadas a tiendas de moda. No recibe remuneración alguna, las ganancias van directamente a la institución penitenciaria. Así se ve sometida a una doble explotación: sexual y laboral.
Seis meses después de salir de prisión, en octubre de 1971, un policía de incógnito la sorprende en el cine Princesa de Vía Layetana (Barcelona). La lleva a rastras, cogida del pelo, hasta la comisaría (en la misma calle). Allí le propinan una paliza, acaba ingresada en el Hospital Clínico con varios huesos rotos. Permanece un mes en una sala penitenciaria de dicho hospital. La condenan a mes y medio (sin contar el periodo ingresada), otra vez sin juicio, en la Modelo de Barcelona. Se repitieron las violaciones y la asignación de trabajos degradantes. En “Peligrosidad social”, un artículo que se publica en el fanzine No te desentiendas (marzo de 1999) del Colectivo Gailes, Rampova dice “la ‘masculinidad’ mal entendida conduce inevitablemente a la violencia desatada y al más furibundo de los comportamientos fascistoides.”
Se percibe un posicionamiento político en su manera de vestir, con larguísimas uñas pintadas y un vestuario estrambótico. Por esto es víctima, en numerosas ocasiones, de violencia callejera. Atentan contra su cuerpo y su identidad, llegando incluso a estar en coma por once días, sufriendo una lesión permanente de la médula espinal. Aunque reponerse de los golpes conlleva un tiempo, siempre se muestra valiente y decidida. Nadie consigue que se esconda. Lucha por la visibilidad, la dignidad, la integridad y la memoria de todo un colectivo. Este afán se aprecia en el sumo cuidado que pone al construir un archivo personal de acontecimientos LGTBIAQ+, de la ciudad en particular y del estado español en general. Un compromiso que también se advierte en su participación en asociaciones homosexuales tales como el Moviment per l’Alliberament Sexual al País Valencià (MASPV). Como ella misma cuenta, en 1980 se escinde el MASPV y se crea el Moviment per l’Alliberament Gai del País Valencià (MAGPV). Como Rampova piensa que el término gai deja fuera a lesbianas, trans y otras orientaciones y prácticas sexuales, se marcha al Kol·lectiu per l’Alliberament Sexual (KAS) con sede en el Front d’Esquerra Nacionalista (FEN). En el 81 se disuelve el KAS y vuelve al MAGPV. Luego forma parte del Colectivo Lambda. Parte de su legado lo conserva l’Armari de la memòria en el Archivo Rampova Kabarett.
Aliaga, Juan Vicente. (2020). Canallerío cabaretero. La transgresión vital de Rampova. En Rampova (2020), Kabaret Ploma 2. Socialicemos las lentejuelas (pp. 208-213). Madrid, España: Editorial Imperdible.
Mira, Alberto. (2020). Signos de vida: Recuperando la contracultura valenciana (1968-1990). En IVAM (Ed.) (2020), Contracultura. Resistencia, utopía y provocación en Valencia (pp. 5-88). Valencia, España: IVAM Institut Valencià d'Art Modern.
Gracias a la consulta del Archivo Rampova Kabaret en l'Armari de la memòria, a la Colección Santi Gregori y a la Colección La Erreria (House of Bent).
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