Instalación compleja realizada en la exposición Corpus delicti del Espai 13 de la Fundació Joan Miró (Barcelona). La obra se divide en dos espacios diferenciados. En una primera sala pintada de pulcro blanco se ubica una forma alargada, a modo de babosa o vaina. Está hecha con cable eléctrico cubierto de plástico blanco, una maraña de nervios energéticos que constituyen un falo en reposo lleno de estímulos que le pueden conducir a la acción. Distribuidos de forma aleatoria por la superficie de las paredes, cada tanto, aparecen tres orificios que recuerdan a los auriculares de los teléfonos viejos, de estos huecos emerge el sonido de una conversación telefónica propia de una línea erótica. Jadeos, suspiros y actividad onanista. En uno de los muros se presenta una puerta propia de un entorno doméstico. Se encuentra semiabierta. Da paso a una habitación íntima, con poca iluminación, las paredes están cubiertas de papel serigrafiado con los números de teléfono de líneas calientes. En los 90, estos servicios telefónicos cobran cierta relevancia, como espacio profiláctico que halla en la voz el vehículo del deseo, salvando el contacto físico. Martínez Oliva concibe este espacio como la sala de máquinas del deseo, haciendo referencia a las máquinas célibes de Marcel Duchamp. Máquinas que no producen absolutamente nada, salvo una autosatisfacción del sí. En este sentido, Martínez Oliva crea tres dispositivos mecánicos por los que circulan cinta vhs de películas pornográficas desplazándose en un movimiento infinito por un intrincado juego de poleas. El filme se sucede sin descanso, pero su presentación imposibilita la proyección. La distribución de las poleas dibuja un pene erecto; un rostro, un puño y un dedo estirado; y unas nalgas. Esta es una representación de la pornografía fálica. Se concibe como una experiencia corporal que requiere de un recorrido activo por parte de la audiencia.
Buxán Bran, Xosé M. (2005). 28 radicales libres. En Concello de Santiago (Ed.) (2005), Radicais libres. Experiencias gays y lésbicas na arte peninsular (pp. 272-325). Santiago de Compostela, España: Concello de Santiago. Concellería de Cultura.
Instalación compleja realizada en la exposición Corpus delicti del Espai 13 de la Fundació Joan Miró (Barcelona). La obra se divide en dos espacios diferenciados. En una primera sala pintada de pulcro blanco se ubica una forma alargada, a modo de babosa o vaina. Está hecha con cable eléctrico cubierto de plástico blanco, una maraña de nervios energéticos que constituyen un falo en reposo lleno de estímulos que le pueden conducir a la acción. Distribuidos de forma aleatoria por la superficie de las paredes, cada tanto, aparecen tres orificios que recuerdan a los auriculares de los teléfonos viejos, de estos huecos emerge el sonido de una conversación telefónica propia de una línea erótica. Jadeos, suspiros y actividad onanista. En uno de los muros se presenta una puerta propia de un entorno doméstico. Se encuentra semiabierta. Da paso a una habitación íntima, con poca iluminación, las paredes están cubiertas de papel serigrafiado con los números de teléfono de líneas calientes. En los 90, estos servicios telefónicos cobran cierta relevancia, como espacio profiláctico que halla en la voz el vehículo del deseo, salvando el contacto físico. Martínez Oliva concibe este espacio como la sala de máquinas del deseo, haciendo referencia a las máquinas célibes de Marcel Duchamp. Máquinas que no producen absolutamente nada, salvo una autosatisfacción del sí. En este sentido, Martínez Oliva crea tres dispositivos mecánicos por los que circulan cinta vhs de películas pornográficas desplazándose en un movimiento infinito por un intrincado juego de poleas. El filme se sucede sin descanso, pero su presentación imposibilita la proyección. La distribución de las poleas dibuja un pene erecto; un rostro, un puño y un dedo estirado; y unas nalgas. Esta es una representación de la pornografía fálica. Se concibe como una experiencia corporal que requiere de un recorrido activo por parte de la audiencia.
Buxán Bran, Xosé M. (2005). 28 radicales libres. En Concello de Santiago (Ed.) (2005), Radicais libres. Experiencias gays y lésbicas na arte peninsular (pp. 272-325). Santiago de Compostela, España: Concello de Santiago. Concellería de Cultura.




