Performance que oscila entre el teatro, el arte de acción, la videoinstalación y el activismo queer. La acción tiene lugar en el antiguo sexbar La Guerra, en la sala de proyecciones del cine porno. En cuanto aparece Liz Dust, se dirige a la pantalla blanca y escupe líquido. Se da la vuelta y dice en voz baja, suave, como en un susurro: "Hay un hombre que me hace ser feliz, que me hace sonreír, más que mi marido, ¡mi dentista!". Lo repite una y otra vez, cada vez más alto, con distintas entonaciones.
A continuación, explica que llevará a cabo 10 de las peores performances que existen. Acciones que ha recogido en una convocatoria pública a través de Facebook e Instagram. Es consciente de que lo que se espera de una drag no es una performance. ¿Por qué hace ella performance? Porque le permite hacer lo que le sale del coño; un coño conceptual, aclara. Da-Drag no es un término nuevo, acuñado por ella, sin embargo, le sirve para crear situaciones absurdas en continua metamorfosis.
Dicho esto, desplaza a la audiencia a otra sala, no muy grande, pero con las dimensiones justas para que el público permanezca muy cerca. Con socarronería, desparpajo y mucho humor emprende la sucesión de acciones, con una libertad absoluta. Cuestiona constantemente cada una de las propuestas, y lo que muestra al público es su respuesta ante un estímulo que funciona como disparador. En cuanto se aburre, para y pasa al siguiente punto.
Las acciones son:
1. Cantar el texto de la Constitución Española y terminar haciendo la croqueta. Ella hace playback, en su opinión, la peor performance que se puede hacer. Suena I'm Not Scared (1988) de Eighth Wonder. En un momento determinado coge un inodoro, en referencia a The Fountain (1917) de Duchamp, y se lo pone entre las piernas. Acaba haciendo la croqueta por el suelo.
2. Votar al PP. Pero claro, ella no se puede esperar hasta las próximas elecciones para hacer la acción, así que aprovecha que un chico le solicita tocar el trombón en su actuación, chico al que llama Javi Trombón, y mientras toca el himno del PP con su trombón, ella bota.
3. Comer callos en un orinal mientras repite frases que el público dice relacionadas con la palabra "coño". Ella detesta los callos, así que se come una lata de atún. Y mientras mastica, repite las frases que el público le lanza.
4. Hacerse la muerta sosteniendo un cartel en el que pone "¿Qué coño haces?". Como la acción le parece aburrida, propone que mientras esto sucede, el público haga con su cuerpo lo que desee, como Rythm 0 (1974) de Marina Abramovic. Asegura que pueden hacer lo que quieran, incluso embarazarla. "Han inventado un Iphone, ¿no me voy a quedar embarazada yo?". Lo cierto es que cuando una chica del público se acerca como para darle un beso, salta y dice, "¡Ya está bien!", y pasa a la siguiente acción.
5. Escribir 200 veces "Ayuda se escribe sin tilde porque es llana y termina en vocal". Una profesora, mientras tanto, con una regla, ha de golpearla cada vez que se queje o pierda el ritmo.
6. Bucle es una acción en la que emplea pocos segundos de los inicios de canciones muy socorridas por las drags. Y ella trata de mover los labios y el cuerpo al son de la música.
7. Emular un viaje de psicotrópicos mientras hace mahonesa y otras acciones. Concibe esta acción como un cúmulo de propuestas con las que terminar. Se desnuda mientras suena de fondo el preludio de Tristan und Isolde (1857-1859) de Richard Wagner, y se proyecta un cuadro de un paisaje romántico sobre el que van apareciendo distintos elementos. En cuanto se queda desnuda, esconde entre sus piernas el sexo, en el pubis se aplica un adhesivo y se espolvorea purpurina roja. Abre un paquete de ensaladilla congelada, la tira al suelo, coge un bote de mahonesa y, sentada, se lo coloca en el pubis. Arroja mahonesa sobre los ingredientes esparcidos, como si orinase. Acto seguido, se coloca un ramo de flores en el culo. Se sube a la tarima y se pone con un vestido negro ceñido que en su parte baja tiene un volante plateado. Se presenta con las manos en la cintura mirando desafiante a la audiencia. Y ya solo añade: "A tomar por culo".
Este conjunto de performances ridículas concluye con un tono tan salvaje como solemne, sorprendiendo toda expectativa inicial con una fuerte sacudida.
Performance que oscila entre el teatro, el arte de acción, la videoinstalación y el activismo queer. La acción tiene lugar en el antiguo sexbar La Guerra, en la sala de proyecciones del cine porno. En cuanto aparece Liz Dust, se dirige a la pantalla blanca y escupe líquido. Se da la vuelta y dice en voz baja, suave, como en un susurro: "Hay un hombre que me hace ser feliz, que me hace sonreír, más que mi marido, ¡mi dentista!". Lo repite una y otra vez, cada vez más alto, con distintas entonaciones.
A continuación, explica que llevará a cabo 10 de las peores performances que existen. Acciones que ha recogido en una convocatoria pública a través de Facebook e Instagram. Es consciente de que lo que se espera de una drag no es una performance. ¿Por qué hace ella performance? Porque le permite hacer lo que le sale del coño; un coño conceptual, aclara. Da-Drag no es un término nuevo, acuñado por ella, sin embargo, le sirve para crear situaciones absurdas en continua metamorfosis.
Dicho esto, desplaza a la audiencia a otra sala, no muy grande, pero con las dimensiones justas para que el público permanezca muy cerca. Con socarronería, desparpajo y mucho humor emprende la sucesión de acciones, con una libertad absoluta. Cuestiona constantemente cada una de las propuestas, y lo que muestra al público es su respuesta ante un estímulo que funciona como disparador. En cuanto se aburre, para y pasa al siguiente punto.
Las acciones son:
1. Cantar el texto de la Constitución Española y terminar haciendo la croqueta. Ella hace playback, en su opinión, la peor performance que se puede hacer. Suena I'm Not Scared (1988) de Eighth Wonder. En un momento determinado coge un inodoro, en referencia a The Fountain (1917) de Duchamp, y se lo pone entre las piernas. Acaba haciendo la croqueta por el suelo.
2. Votar al PP. Pero claro, ella no se puede esperar hasta las próximas elecciones para hacer la acción, así que aprovecha que un chico le solicita tocar el trombón en su actuación, chico al que llama Javi Trombón, y mientras toca el himno del PP con su trombón, ella bota.
3. Comer callos en un orinal mientras repite frases que el público dice relacionadas con la palabra "coño". Ella detesta los callos, así que se come una lata de atún. Y mientras mastica, repite las frases que el público le lanza.
4. Hacerse la muerta sosteniendo un cartel en el que pone "¿Qué coño haces?". Como la acción le parece aburrida, propone que mientras esto sucede, el público haga con su cuerpo lo que desee, como Rythm 0 (1974) de Marina Abramovic. Asegura que pueden hacer lo que quieran, incluso embarazarla. "Han inventado un Iphone, ¿no me voy a quedar embarazada yo?". Lo cierto es que cuando una chica del público se acerca como para darle un beso, salta y dice, "¡Ya está bien!", y pasa a la siguiente acción.
5. Escribir 200 veces "Ayuda se escribe sin tilde porque es llana y termina en vocal". Una profesora, mientras tanto, con una regla, ha de golpearla cada vez que se queje o pierda el ritmo.
6. Bucle es una acción en la que emplea pocos segundos de los inicios de canciones muy socorridas por las drags. Y ella trata de mover los labios y el cuerpo al son de la música.
7. Emular un viaje de psicotrópicos mientras hace mahonesa y otras acciones. Concibe esta acción como un cúmulo de propuestas con las que terminar. Se desnuda mientras suena de fondo el preludio de Tristan und Isolde (1857-1859) de Richard Wagner, y se proyecta un cuadro de un paisaje romántico sobre el que van apareciendo distintos elementos. En cuanto se queda desnuda, esconde entre sus piernas el sexo, en el pubis se aplica un adhesivo y se espolvorea purpurina roja. Abre un paquete de ensaladilla congelada, la tira al suelo, coge un bote de mahonesa y, sentada, se lo coloca en el pubis. Arroja mahonesa sobre los ingredientes esparcidos, como si orinase. Acto seguido, se coloca un ramo de flores en el culo. Se sube a la tarima y se pone con un vestido negro ceñido que en su parte baja tiene un volante plateado. Se presenta con las manos en la cintura mirando desafiante a la audiencia. Y ya solo añade: "A tomar por culo".
Este conjunto de performances ridículas concluye con un tono tan salvaje como solemne, sorprendiendo toda expectativa inicial con una fuerte sacudida.







