Proyecto desarrollado por el colectivo La onomatopeya del silencio, coordinado y ejecutado por Maria Laudes e Imma Mengual, gracias a una beca Resistències Artístiques. Procesos Artísticos en Entornos Educativos 2022 del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. Diferència per a la supervivència se lleva a cabo en el CEIP Benjamín Benlloch de Manises (València), en colaboración con la maestra Alicia Aragó Martínez, durante todo un curso escolar, con visitas quincenales a dos grupos de sexto de primaria. Cada grupo responde de forma diferente.
La onomatopeya del silencio propone una investigación crítica sobre los márgenes, estableciendo un paralelismo entre las malas hierbas y aquellas identidades que las instituciones consideran discordantes. Tradicionalmente, las malas hierbas han sido vistas como agentes intrusos que irrumpen en la “normalidad” del campo, de manera similar a como sucede con las identidades disidentes en la sociedad. Esta situación resulta paradójica porque, desde unas valoraciones subjetivas, se niega la naturalidad de su existencia, a pesar de ser inevitable. Al tomar consciencia sobre estas cuestiones, l+s niñ+s pueden reconocerse en esas otras existencias no aceptadas. Conectando el entorno natural con el escolar se abren puertas para abordar los modos en que surgen la exclusión y el acoso.
Al principio, el grupo realiza recorridos por el patio y los alrededores del centro en busca de malas hierbas. Esta exploración les permite observar cómo se distribuye el campo de naranjos más próximo, organizado en líneas totalmente homogéneas, garantizando la productividad. En contraste, en las áreas no cuidadas, la vegetación brota exuberante y subversiva, como en una selva. L+s alumn+s recogen las hierbas consideradas como “malas”. De regreso al aula, se les plantea una serie de preguntas: ¿qué es una mala hierba? ¿Qué significa esta etiqueta? Al investigar sobre las plantas recolectadas, descubren sus bondades. Algunas sirven como remedios medicinales, otras para hacer colonia o tintes naturales. También las analizan formalmente, apreciando los aspectos hermosos de su morfología. Toda esta información se documenta en un glosario que incluye sus nombres, imágenes y propiedades.
Después, completando este glosario, dirigen su atención hacia sí mism+s. L+s niñ+s escriben en un papel todas las críticas, insultos y apodos que han recibido. Luego, buscan opciones positivas que resignifiquen la injuria. Si a alguien le han llamado “hipopótama”, reflexionan sobre las características admirables del animal: su fortaleza y robustez. Si a alguien le han señalado por una particularidad física, encuentran referentes conocidos que las comparten. La idea es que l+s alumn+s encuentren bienestar a través de estrategias de reversión y empoderamiento. A continuación, se les invita a enviarse cartas anónimas en las que resalten las cualidades positivas que observan en sus compañer+s. Los escritos resultan sorprendentes por el gran apoyo que suponen y su poder reparador.
A lo largo de las sesiones, trabajan con la naturaleza y el cuerpo en acciones mínimas. Algunas son extraídas del libro Pomelo (Grapefruit, 1964) de Yoko Ono, como el contarle lo que te ha dolido a una nube. En otra ocasión, l+s niñ+s se alinean en una fila recta y dan un paso al lado si se identifican con alguna categoría como “gord+”, “tont+”, “débil”, “fe+”. Al final del ejercicio, nadie permanece en la posición original, rompiendo la aparente normalidad de la línea original.
Como conclusión, sugieren plasmar todo lo tratado en un mural permanente en el colegio. Para ello, preguntan a l+s niñ+s qué quieren hacer. El grupo manifiesta su deseo de usar un aula de cerámica que suele estar cerrada. Acondicionan el espacio y modelan en arcilla las malas hierbas, para luego esmaltarlas y hornearlas. También se representan a sí mism+s. Intervienen su cuerpo y se presentan ante la cámara. Este contexto es ideal para hablar sobre el consentimiento y la autoimagen. Las fotografías en blanco y negro obtenidas se imprimen en tamaño A4 y se entregan al alumnado para que las intervengan con collages, retoques y tonos verdes. Lo que experimentan en el papel lo reproducen después a gran escala, en una imagen a tamaño real. El resultado es un gran mural en el que el grupo entero aparece como buenas malas hierbas.
Las malas hierbas transforman a l+s niñ+s. En el taller se establece un vínculo entre naturaleza y cultura, impulsando la dignidad, la tolerancia y la solidaridad frente al maltrato, la persecución y la marginalización. A través de la creación artística, exploran la riqueza medioambiental y la complejidad identitaria. El mensaje que transmiten es valioso: al igual que es necesario preservar la diversidad ecológica, también lo es proteger la diversidad humana, pues en la biodiversidad también entramos las personas. Este enfoque garantiza la sostenibilidad de la vida y el respeto por la diferencia, posibilitando que sigan estas pautas después de la mediación.
En https://resistencies.consorcimuseus.gva.es/es/diferencia-per-a-la-supervivencia/ (consultado el 5 de noviembre de 2024).
Proyecto desarrollado por el colectivo La onomatopeya del silencio, coordinado y ejecutado por Maria Laudes e Imma Mengual, gracias a una beca Resistències Artístiques. Procesos Artísticos en Entornos Educativos 2022 del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. Diferència per a la supervivència se lleva a cabo en el CEIP Benjamín Benlloch de Manises (València), en colaboración con la maestra Alicia Aragó Martínez, durante todo un curso escolar, con visitas quincenales a dos grupos de sexto de primaria. Cada grupo responde de forma diferente.
La onomatopeya del silencio propone una investigación crítica sobre los márgenes, estableciendo un paralelismo entre las malas hierbas y aquellas identidades que las instituciones consideran discordantes. Tradicionalmente, las malas hierbas han sido vistas como agentes intrusos que irrumpen en la “normalidad” del campo, de manera similar a como sucede con las identidades disidentes en la sociedad. Esta situación resulta paradójica porque, desde unas valoraciones subjetivas, se niega la naturalidad de su existencia, a pesar de ser inevitable. Al tomar consciencia sobre estas cuestiones, l+s niñ+s pueden reconocerse en esas otras existencias no aceptadas. Conectando el entorno natural con el escolar se abren puertas para abordar los modos en que surgen la exclusión y el acoso.
Al principio, el grupo realiza recorridos por el patio y los alrededores del centro en busca de malas hierbas. Esta exploración les permite observar cómo se distribuye el campo de naranjos más próximo, organizado en líneas totalmente homogéneas, garantizando la productividad. En contraste, en las áreas no cuidadas, la vegetación brota exuberante y subversiva, como en una selva. L+s alumn+s recogen las hierbas consideradas como “malas”. De regreso al aula, se les plantea una serie de preguntas: ¿qué es una mala hierba? ¿Qué significa esta etiqueta? Al investigar sobre las plantas recolectadas, descubren sus bondades. Algunas sirven como remedios medicinales, otras para hacer colonia o tintes naturales. También las analizan formalmente, apreciando los aspectos hermosos de su morfología. Toda esta información se documenta en un glosario que incluye sus nombres, imágenes y propiedades.
Después, completando este glosario, dirigen su atención hacia sí mism+s. L+s niñ+s escriben en un papel todas las críticas, insultos y apodos que han recibido. Luego, buscan opciones positivas que resignifiquen la injuria. Si a alguien le han llamado “hipopótama”, reflexionan sobre las características admirables del animal: su fortaleza y robustez. Si a alguien le han señalado por una particularidad física, encuentran referentes conocidos que las comparten. La idea es que l+s alumn+s encuentren bienestar a través de estrategias de reversión y empoderamiento. A continuación, se les invita a enviarse cartas anónimas en las que resalten las cualidades positivas que observan en sus compañer+s. Los escritos resultan sorprendentes por el gran apoyo que suponen y su poder reparador.
A lo largo de las sesiones, trabajan con la naturaleza y el cuerpo en acciones mínimas. Algunas son extraídas del libro Pomelo (Grapefruit, 1964) de Yoko Ono, como el contarle lo que te ha dolido a una nube. En otra ocasión, l+s niñ+s se alinean en una fila recta y dan un paso al lado si se identifican con alguna categoría como “gord+”, “tont+”, “débil”, “fe+”. Al final del ejercicio, nadie permanece en la posición original, rompiendo la aparente normalidad de la línea original.
Como conclusión, sugieren plasmar todo lo tratado en un mural permanente en el colegio. Para ello, preguntan a l+s niñ+s qué quieren hacer. El grupo manifiesta su deseo de usar un aula de cerámica que suele estar cerrada. Acondicionan el espacio y modelan en arcilla las malas hierbas, para luego esmaltarlas y hornearlas. También se representan a sí mism+s. Intervienen su cuerpo y se presentan ante la cámara. Este contexto es ideal para hablar sobre el consentimiento y la autoimagen. Las fotografías en blanco y negro obtenidas se imprimen en tamaño A4 y se entregan al alumnado para que las intervengan con collages, retoques y tonos verdes. Lo que experimentan en el papel lo reproducen después a gran escala, en una imagen a tamaño real. El resultado es un gran mural en el que el grupo entero aparece como buenas malas hierbas.
Las malas hierbas transforman a l+s niñ+s. En el taller se establece un vínculo entre naturaleza y cultura, impulsando la dignidad, la tolerancia y la solidaridad frente al maltrato, la persecución y la marginalización. A través de la creación artística, exploran la riqueza medioambiental y la complejidad identitaria. El mensaje que transmiten es valioso: al igual que es necesario preservar la diversidad ecológica, también lo es proteger la diversidad humana, pues en la biodiversidad también entramos las personas. Este enfoque garantiza la sostenibilidad de la vida y el respeto por la diferencia, posibilitando que sigan estas pautas después de la mediación.
En https://resistencies.consorcimuseus.gva.es/es/diferencia-per-a-la-supervivencia/ (consultado el 5 de noviembre de 2024).







