Siguiendo el juego propuesto por Dos amantes (Para Blanca), Single Lover I y II son dos piezas que parten de una misma funda de colchón individual encontrada en la calle. Si anverso y reverso originalmente forman uno, Tinaut los separa de forma definitiva. Estas obras, funcionan como un díptico que siempre se expone a la vez, aunque no junto. Sus lienzos pueden estar en una misma pared, pero con una distancia entre ellos, o aparecer en paredes diferentes. Así se rompe la unidad de la pareja que en Dos amantes (para Blanca) se nos presenta como inseparable. Sin embargo, cada una de las piezas nos remite a su otra mitad, a su historia compartida.
La tela, originalmente blanca y verde, es “pintada” por la artista a través de su teñido progresivo hasta alcanzar dos tonalidades de azul concretas. Genera así dos cuerpos muy parecidos a simple vista pero que presentan significativas diferencias. Con este pintar sin pintura, Tinaut pinta de manera indirecta. No emplea las herramientas habituales del medio (un pincel o una brocha como extensión de la mano de quien hace), pues huye del ejercicio fálico y masturbatorio del gesto pictórico, de la pintura de acción.
Este re-pintar re-hace el espacio de descanso ya no compartido, aunque no olvida su mitad complementaria: “Tú, verde, yo, azul. Tú, casi azul, yo, casi verde”.
Siguiendo el juego propuesto por Dos amantes (Para Blanca), Single Lover I y II son dos piezas que parten de una misma funda de colchón individual encontrada en la calle. Si anverso y reverso originalmente forman uno, Tinaut los separa de forma definitiva. Estas obras, funcionan como un díptico que siempre se expone a la vez, aunque no junto. Sus lienzos pueden estar en una misma pared, pero con una distancia entre ellos, o aparecer en paredes diferentes. Así se rompe la unidad de la pareja que en Dos amantes (para Blanca) se nos presenta como inseparable. Sin embargo, cada una de las piezas nos remite a su otra mitad, a su historia compartida.
La tela, originalmente blanca y verde, es “pintada” por la artista a través de su teñido progresivo hasta alcanzar dos tonalidades de azul concretas. Genera así dos cuerpos muy parecidos a simple vista pero que presentan significativas diferencias. Con este pintar sin pintura, Tinaut pinta de manera indirecta. No emplea las herramientas habituales del medio (un pincel o una brocha como extensión de la mano de quien hace), pues huye del ejercicio fálico y masturbatorio del gesto pictórico, de la pintura de acción.
Este re-pintar re-hace el espacio de descanso ya no compartido, aunque no olvida su mitad complementaria: “Tú, verde, yo, azul. Tú, casi azul, yo, casi verde”.
