Esta pieza forma parte de una serie que Miralles titula Postproducción. Lo que hace es acercarse a obras de arte que han tenido un fuerte impacto cultural para seguir trabajando con ellas. En esta ocasión solicita al Centro de Arte Pepe Espaliú (Córdoba) el préstamo de uno de los carrying del afamado creador. El 26 de septiembre de 1992, en San Sebastián, en paralelo a la celebración del festival de cine y como parte de un taller en Arteleku, Espaliú lleva a cabo una performance revolucionaria, un conjunto de personas lo trasladan por las calles, dibujando una hilera kilométrica en la que, por parejas, llevan en brazos al artista y se lo pasan, sin que este toque el suelo mientras permanece descalzo. Esta acción rompe con el tabú de la tocabilidad de un+ enferm+ de sida, y manifiesta la solidaridad y los cuidados políticos y sociales necesarios en una situación de máxima vulnerabilidad. Pocos meses después, el 1 de diciembre de 1992 sale a la luz en El País un artículo firmado por Espailú, "Retrato de un artista desahuciado", en el que reconoce públicamente padecer sida. Escribe,
El sida me ha forzado de forma radical a un estar ahí. Me ha precipitado en su ser como pura emergencia. Agradezco al sida esta vuelta impensada a la superficie, ubicándome por primera vez en una acción en términos de Realidad. Quizás esta vez, y me es indiferente si se trata de la última, mi hacer como artista tiene un sentido pleno, una absoluta unión con un límite existencial que siempre rondé sin conocerlo del todo, bailando con él sin nunca llegar a abrazarlo. Hoy sé cuál es la verdadera dimensión de ese límite. Hoy he dejado de imaginarlo. Hoy yo soy ese límite (Espaliú, 1992, en https://elpais.com/diario/1992/12/01/opinion/723164411_850215.html [consultado el 4 de diciembre de 2023]).
Ese mismo día repite la acción en Madrid. En relación a esta idea del cargar un cuerpo enfermo, Espaliú realiza una serie de esculturas en hierro que juegan con el concepto de palanquín.
Miralles coge uno de estos palanquines, Carrying IV, y le sitúa una tela encima, como si de un mueble en desuso se tratase. Con este gesto señala el letargo que actualmente vive todo activismo sobre el VIH/sida. Como si la reivindicación de Espaliú permaneciese dormida a la espera de que alguien desempolve su significado de nuevo.
Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (Ed.) (2024). Yo lo vi. Pepe Miralles. Valencia, España: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.
En https://elpais.com/diario/1992/12/01/opinion/723164411_850215.html (consultado el 4 de diciembre de 2023).
Esta pieza forma parte de una serie que Miralles titula Postproducción. Lo que hace es acercarse a obras de arte que han tenido un fuerte impacto cultural para seguir trabajando con ellas. En esta ocasión solicita al Centro de Arte Pepe Espaliú (Córdoba) el préstamo de uno de los carrying del afamado creador. El 26 de septiembre de 1992, en San Sebastián, en paralelo a la celebración del festival de cine y como parte de un taller en Arteleku, Espaliú lleva a cabo una performance revolucionaria, un conjunto de personas lo trasladan por las calles, dibujando una hilera kilométrica en la que, por parejas, llevan en brazos al artista y se lo pasan, sin que este toque el suelo mientras permanece descalzo. Esta acción rompe con el tabú de la tocabilidad de un+ enferm+ de sida, y manifiesta la solidaridad y los cuidados políticos y sociales necesarios en una situación de máxima vulnerabilidad. Pocos meses después, el 1 de diciembre de 1992 sale a la luz en El País un artículo firmado por Espailú, "Retrato de un artista desahuciado", en el que reconoce públicamente padecer sida. Escribe,
El sida me ha forzado de forma radical a un estar ahí. Me ha precipitado en su ser como pura emergencia. Agradezco al sida esta vuelta impensada a la superficie, ubicándome por primera vez en una acción en términos de Realidad. Quizás esta vez, y me es indiferente si se trata de la última, mi hacer como artista tiene un sentido pleno, una absoluta unión con un límite existencial que siempre rondé sin conocerlo del todo, bailando con él sin nunca llegar a abrazarlo. Hoy sé cuál es la verdadera dimensión de ese límite. Hoy he dejado de imaginarlo. Hoy yo soy ese límite (Espaliú, 1992, en https://elpais.com/diario/1992/12/01/opinion/723164411_850215.html [consultado el 4 de diciembre de 2023]).
Ese mismo día repite la acción en Madrid. En relación a esta idea del cargar un cuerpo enfermo, Espaliú realiza una serie de esculturas en hierro que juegan con el concepto de palanquín.
Miralles coge uno de estos palanquines, Carrying IV, y le sitúa una tela encima, como si de un mueble en desuso se tratase. Con este gesto señala el letargo que actualmente vive todo activismo sobre el VIH/sida. Como si la reivindicación de Espaliú permaneciese dormida a la espera de que alguien desempolve su significado de nuevo.
Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (Ed.) (2024). Yo lo vi. Pepe Miralles. Valencia, España: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.
En https://elpais.com/diario/1992/12/01/opinion/723164411_850215.html (consultado el 4 de diciembre de 2023).

